El 4 Gunner lo decidió el mismo día del 2-2 en Londres, cuando a pesar del empate, el once dirigido por Pep Guardiola dio un baño histórico a los ingleses que miraban asombrados el baile blaugrana. Sí, fue aquella noche en la que Cesc se dijo: "Tengo que volver al Barcelona".
Compañeros, identindad y forma de sentir el juego lo convierten en la única pieza posible para mejorar lo que algunos consideran imposible, el mediocampo blaugrana. Cesc, un tipo sensible e inteligente lo sabe y Arsene Wenger también: quiere volver a casa...y lo hará.
Joan Laporta, racionalmente, ofreció 35 millones de euros por Cesc, cifra absolutamente lógica si otros no hubiesen reventado el mercado cada vez que abren la boca. Ningún mediocampista debería costar más de 40 millones y ningún atacante superar los 50. Sin embargo, la gente que no es de fútbol, sino del poder, acepta aplicar la pornografía al mercado de valores y todo se dispara. Así nos va.
Por tanto, el Barcelona volverá a la carga porque Cesc Fábregas quiere y porque el mediocampista así lo expresó públicamente mientras en España, algunos especulaban con que podía jugar en el Real Madrid. Ya no lo repitieron, suponemos, por vergüenza profesional. En los próximos días el 10 de La Roja, se convrtirá en el 4 blaugrana. Que nadie lo dude.
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