domingo, 22 de noviembre de 2009

El Chelsea pone la quinta y el Liverpool se deshace.


Faltó Fernando Torres y cuando eso ocurre el Liverpool se convierte en un equipo vulgar. Ni la presencia de Gerrard sirvió para que los de Benítez se impusieran a un tímido Manchester City. El habitual ritmo alto de los reds no encontró esta vez el golpe de calidad que es necesario para desnivelar choques tan importantes. N'Gog puso voluntad, pero le falta mucho kilometraje para ser la referencia de un equipo importante.

La consecuencia fue un empate que sitúa al Liverpool a trece puntos ya del liderato. Y gracias, porque los goles de Adebayor e Ireland habían dado la vuelta al inicial de Skrtel y sólo pudieron ser neutralizados por otro de Benayoun pocos segundos después de que hubieran saltado las alarmas en Anfield.

Lejos de este terreno pantanoso cabalga con el cabello al viento un fortísimo Chelsea. Ayer superó sin problemas al modesto Wolverhampton y todavía sonrió más cuando supo que el Arsenal, una de sus mayores amenazas, tropezaba ante el elogiable Sunderland. La jornada no pudo ser completa para los de Abramovich pues el Manchester sí hizo los deberes ante el Everton. Parece que el campeón es la única alternativa sensata al Chelsea.

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