Iker Casillas vuelve a sus orígenes; al menos, en lo que a imagen se refiere. Porque imberbe irrumpió en el fútbol de elite, cuando apenas era un niño; y bien afeitado creció a pasos agigantados hasta convertirse en el mejor guardameta del mundo. De imagen informal pero pulcra en todas sus comparecencias públicas, su decisión de dejarse barba sorprendió a más de uno, tanto entre sus fans como entre sus compañeros.
Lo hizo por una broma con su madre, pero lo cierto es que desde que aparcó la maquinilla, el nivel de Iker ha ido bajando poco a poco. Su temporada con el Real Madrid no ha sido tan buena como las anteriores, y sus errores en los últimos encuentros con la selección están dando mucho que hablar. De modo que Casillas ha decidido volver a cambiar de look y parecerse más al que todos conocíamos. Ayer se presentó perfectamente afeitado al entrenamiento vespertino de La Roja.
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